lunes, 21 de julio de 2008

Kika.



El uno de Diciembre del 2007 comenzó este blog, con la ayuda y colaboración de mi amiga Mari-aunque muchos la conoceréis por Isa o Isabel, del blog haciendo-eco.blogspot.com - sin ella esto no habría sido posible, debido fundamentalmente a mi torpeza con la informática. Por ello, desde aquí quiero darle las gracias. Algún día, pronto, haré una entrada para contaros cómo empezó y fue creciendo nuestra amistad. Hoy, toca algo bastante más sencillo. Me he dado cuenta que aún no os he presentado a unos seres muy importantes para mí, mis perros. Tengo tres, y cada uno tiene una historia detrás, tristes historias de abandono y maltrato, historias como las que sufren cada día tantas y tantas mascotas...sobre todo en época de verano; historias que- dicho sea de paso- ojalá pasen pronto a la historia. Así que, sin más preámbulos, os presento a Kika.

Se calcula que Kika nació en Agosto del 2001 o al menos eso imaginamos.Su raza no está totalmente concretada aunque a ella le llena de orgullo saber que en su cartilla sanitaria pone "mastín" en la casilla correspondiente a la raza. Nada sabemos de su vida hasta que aproximadamente a los 4 ó 5 meses de vida los responsables de un refugio se la encontraron tirada en una cuneta, llena de heridas y casi devorada por la sarna. Todos creían que moriría, pero no fue así. Kika, demostrando unas enormes ganas de vivir luchó hasta recuperarse totalmente, al menos en apariencia. Allí, se la llamó Francisca, en honor de la principal del refugio -el diminutivo "kika" se lo dimos nosotros, el anterior era demasiado nombre para una perra de placeres sencillos como dormir sobre charcos. Cuando tenía un año y algunos meses apareció un hombre en el refugio que prometió darle un hogar, seguridad y lo que más necesitaba: comprensión y cariño; pero no fue así. Unos cuantos meses después Kika estaba de vuelta en el refugio, de nuevo con la piel carcomida por la sarna y prácticamente en los huesos. Allí, encerrada en su jaula estuvo algunos años, hasta el 5-8-2004. Ese fue el día en el que se cruzó en nuestras vidas. Fuimos al refugio buscando una mascota, y encontré una amiga. La llevamos a casa y le enseñamos el que sería su hogar. No diré que fue fácil. Había sufrido mucho y prácticamente no dejaba que nadie se acercara a ella. Fue necesaria mucha, mucha paciencia. En un principio sólo me podía acercar si iba a gatas, después de rodillas, más tarde inclinada, luego, de pié, así hasta que era ella misma la que se acercaba.Pasito a paso fue perdiendo el miedo. Ahora puedo usar una escoba y barrer justo alrededor de donde ella está tumbada y no hace ni el amago de levantarse. Lo primero que hace cuando me ve es salir corriendo hacia mí-esto ha acabado alguna vez con las 2 en el suelo, creo que no es totalmente consciente de su tamaño y a veces insiste en recibirme tirándose sobre mí como hacen los dos pequeños. Ya no tiene miedo, incluso muestra su genio cuando alguien se acerca a la puerta de casa, o toca la bocina más fuerte de lo normal-no quiere ni que se mueva una hoja sin su supervisión, ella sabe que su papel es muy importante, velar por la familia y el orden del hogar- y jamás, jamás me deja abrir la puerta sola, no importa que sean las 4 de la tarde y haga una calor sofocante, ella se levanta, sale de su sombra y me acompaña, sin yo pedirle nada. Por todo lo que ella es, por lo que me enseña y me transmite, sólo me queda decirle una cosa a aquellos que le hicieron daño: "Lo siento, siento mucho por ustedes que la hayáis perdido".