viernes, 29 de febrero de 2008

Cuesta de los chinos

"Cuesta de los chinos", y que mejor nombre. Esta vez le he ganado la batalla (llevaba unos buenísimos zapatos)!! La primera vez que pasé por este camino fue horrible!! Llevaba unos zapatitos (bailarinas) con suelas muy finas... imaginaros, todos los enormes chinos se clavaban en mis pobres pies, los cuales no podían soportar más el dolor :(
Pero esta vez ha sido diferente, yo he vencido jejeje
Después de todo... adoro este lugar.

jueves, 28 de febrero de 2008

En Buena Compaña la Vida Sabe Mejor.


Aquellos Hombres G (de Grandes).

¡Qué recuerdos cada vez que escucho una de sus antigüas canciones! "Venecia", "Marta Tiene un Marca-Pasos" o ésta, " Sufre Mamón"; que además es uno de mis primeros recuerdos sobre el gran poder de convicción materno. Mi madre me convenció de que lo que ellos cantaban no era "Sufre Mamón", sino "Sufre Ramón". Y desde entonces defendí a capa y a espada esta singular versión, que mi madre había creado para evitar que se mancillase mi inocente cabecita, delante de todos mis amiguitos del cole. Yo no pude convencer a ninguno. Pero en fín, la disfruté igualmente y la sigo disfrutando hoy día. Espero que os guste.

http://es.youtube.com/watch?v=Nk3PEEde2Yc

martes, 19 de febrero de 2008

Mazapán


Aquí os presento un riquísimo mazapán, uno de los dulcecitos que me trajeron de Portugal, no me gustan mucho los mazapanes pero es tan lindo... está muy bueno a la vista ;p

viernes, 15 de febrero de 2008

Thoreau Viendo Llover en Walden Pond.


Y aquí nos encontramos a Thoreau, pasando otra entretenida tarde luchando contra la sociedad. O así es como lo imaginamos los chicos del "circulo". Esto es para todos ellos, por todas esas horas (pocas horas) que pasamos "Thoreando" sobre frikeces en el cesped o en el Boston. Quiénes si no iban a encontrar un punto en común entre el creador de Civil Disobedience y Jarabe de Palo, "primavera que no llegaaa". Para Marta, Roberto, Fátima, Alex y Jose (principal visualizador de la imagen).

miércoles, 13 de febrero de 2008

jueves, 7 de febrero de 2008

San Bernardo.


Masa, parloteo, empujones, quejas, pisotones, encuentros, despedidas, cada día.
Paso un mínimo de dos veces al día por este lugar, la estación de San Bernardo. Dos veces a día me arrastro o paso volando por sus desgastados suelos grisaceos, me siento en sus bancos rojos que muestran restos de antiguas pinturas u óxidos a través de sus esconchones, oigo el pitido que emiten los trenes al cerrar sus puertas y siento el viento que traen y llevan consigo los trenes de alta velocidad sin parada. Y por supuesto siento relax cuando escucho eso de "por vía dos, tren procedente de Lora del Río y destino Utrera, vía dos. Este tren efectúa parada en todas las estaciones de su recorrido, excepto La Salud". Cada día me encuentro allí con rostros conocidos de personas que me son totalmente desconocidas, pero a las que veo más incluso que a alguno de mis familiares. Ese anciano con sombrero y bastón que susurra canciones entre dientes mientras espera inquieto su tren, o esa mujer que insiste en contar detalles íntimos de su vida a cualquiera que quiera escucharla, e incluso a quienes no quieren. Es la estación de San Bernardo. Es vieja, está estropeada, continuas goteras caen del techo sobre sus vias oxidadas. Pero cuando toda la masa humana ha pasado, cuando la estación se queda tan vacía que una tos o el sonído de un móvil hace eco en sus túneles, no puedo hacer otra cosa que respirar su aire, sonreir y pensar: ¡Joder! ¡Cómo me gusta este lugar!.