domingo, 30 de noviembre de 2008

El Sonido "Marlango".

Hace un tiempo tuve el antojo de poner música a mi blog. Una canción que lo definiera, que ayudase a transmitir la melodía que siento dentro cuando escribo, los aromas imaginarios que acarician mi olfato, los sentimientos que me empujan en mi día a día. Es una tarea difícil, desde luego, porque no siempre se está del mismo humor, no siempre sientes las cosas de la misma forma...bueno, en verdad, ni siquiera sientes siempre lo mismo. El problema para mi viene cuando deseo meter mano a esa tarea...nada. Resulta que soy del siglo pasado y por lo tanto incapaz de entenderme con las nuevas tecnologías, así que me quedé con las ganas.

Por ello, hoy he decidido mostraros el videoclip de la canción que hubiera sido la banda sonora de este blog. Al principio dudé entre ésta u otra del mismo grupo llamada "Hold Me Thight". Pero al final decidí que la mejor sería "Pequeño Vals" porque a mi entender evoca la paz y la tranquilidad de los días- y más aún,las noches- de lluvia. Diréis que estoy loca, pero a veces al escucharla me parece oir una cortinilla de lluvia al fondo, como de acompañamiento, e incluso percibo el olor de la lluvia en el aire, y un poco el de la tierra mojada mezclado con el sugerente aroma del café.

Pues aquí os dejo ésta maravillosa canción de Marlango, espero que la disfrutéis.

Por cierto, sé que llevo mucho tiempo sin escribir, pero...el stress.
Por cierto II, ¿alguien sabe algo de Nuria del blog Nurieta-Nurieta? Un día tras estar bastante tiempo ausente intenté entrar en su blog pero lo había dejado. Bueno, yo aún tengo su dirección en la parte de blogs que visito, albergando la esperanza de que haya sido sólo un error tecnológico ( siglo pasado de nuevo) y que un día al hacer click en su dirección me aparezca su página. En fin, gracias.


jueves, 6 de noviembre de 2008

Era Eso.


Y entonces descubrió que aquello también era soledad.

Ese sentimiento general ya lo había experimentado muchas veces, pero nunca en esa versión. Esa antigua enemiga volvía hoy a invadirlo, pero con una nueva apariencia.

Estaba feliz y no tenía con quien compartirlo.

A nadie le interesaba lo que le ocurría, nadie iba a preguntarle, nadie le abrazaría y le diría que todo aquello le alegraba. No vería en los ojos de otro ser humano alegría compartida al saber que él estaba feliz, que se sentía dichoso. Ninguna amplia sonrisa mandaría a su mente el mensaje "tu alegría es mi alegría" No habría preguntas con interés, sólo quizás un seco "Ahm, qué bien, ¿no?" si él se empeñaba en contárselo a alguien. A nadie le importaba lo más mínimo.
Entonces notó que su, hasta hace unas horas, infinita alegría empezaba a desvanecerse y que ya aquello no era tan genial, ni tan emocionante como le había parecido.

Estaba solo.
Se fue a dormir.